LA FAMILIA MENOS IMPORTANTE: UN INFORME SOBRE SUECIA
En su libro Disturbing the Nest (1988) David Popenoe sostiene que la familia ha declinado más rápido y de manera más dramática en Suecia que en ninguna otra nación. En un buen grado, los suecos han ido más allá de la familia nuclear tradicional. La familia como institución, dice "está perdiendo su fuerza y funciones sociales, perdiendo influencia sobre la conducta y la opinión, y volviéndose por lo general menos importante en la vida de los suecos.
Suecia le aquejan pocos los problemas que normalmente se asocian con el capitalismo moderno: el crimen violento, la adicción a las drogas y la pobreza, que han arruinado tantos otros lugares, apenas están presentes en las ciudades suecas. Aparentemente este país escandinavo cumple la promesa de un moderno estado de bienestar, con una extensa y profesional burocracia gubernamental que parece encargarse de todos los problemas.
Popenoe cita tres indicadores principales del cambio de la familia en Suecia:
El primero es la tasa de matrimonio declinante. Suecia tiene hoy la tasa más baja de matrimonio en el mundo industrial. Los suecos también posponen el matrimonio más tiempo que otras naciones.
El tamaño medio de los hogares en Suecia es el más pequeño del mundo; Por último las parejas suecas, tanto si están casadas como sino, son más propensas a romper que las parejas en cualquier otro país. El sociólogo estadounidense David Popenoe resume esta situación sosteniendo que “la familia se ha debilitado en Suecia más que en cualquier otra parte y, desde luego más que en cualquier otro país occidental avanzado. Los miembros individuales de la unidad familiar son los más autónomos y los menos ligados al grupo”.
La segunda medida del cambio es el aumento en la cohabitación no marital, es decir, la convivencia; Los suecos de hoy consideran el vivir juntos como una pareja no sólo como un preludio al matrimonio, sino como una “alternativa al matrimonio”. Cuando se les preguntó, ellos tendieron a contestar que el matrimonio es "solo un pedazo de papel”. El matrimonio —es el compromiso público formal para vivir juntos en una unión sexual exclusiva y para criar juntos los hijos de uno — no ha desaparecido en Suecia. Mas que eso se ha convertido en un asunto de opción personal. La mitad de todos los nacimientos en Suecia son de padres no casados.
El tercer indicador es el rompimiento de la unidad familiar, o la disolución. Aun cuando la tasa de matrimonio ha caído y la cohabitación no marital se ha incrementado, la tasa de divorcio en Suecia es tan alta como siempre. Si uno asume que tantas parejas no casadas igual que casadas se separan, esto significa que una gran mayoría de suecos no pasa su vida adulta con el mismo compañero y que muchos niños suecos no viven con sus padres biológicos durante toda su niñez.

Suecia se caracteriza también por ciertas peculiaridades en el ámbito familiar. Puesto que la gente busca apoyo en el estado (y no en su esposo) cuando se encuentra en situación de necesidad económica, los suecos son menos propensos a contraer matrimonio que los miembros de las restantes sociedades industriales. Por la misma razón, el porcentaje de suecos adultos que vive solo es elevado: más del 20 por ciento. Además una alta proporción de adultos viven juntos sin casarse (25%) y la mitad de los niños suecos (por comparación con aproximadamente un tercio de los niños europeos) tienen padres que no están casados.
Popenoe sostiene que una creciente cultura basada en el individualismo y en la realización personal combinada con la decreciente influencia de la religión, comenzó a “erosionar” a las familias suecas en los años sesenta. Otro factor importante en este proceso ha sido la incorporación de las mujeres al mercado de trabajo. Suecia tiene la proporción más baja de mujeres amas de casa a tiempo completo (10%) mientras que en Europa este porcentaje alcanza el 25%) . Aún más importante que los factores anteriores es, en opinión de Popenoe, la expansión del estado de bienestar sueco, uno de los que más se ha desarrollado, y que ofrece a los suecos multitud de servicios, a la vez que les grava los elevados impuestos. Los suecos cuentan con el estado para que les proporcione empleo, mantenga su nivel de ingresos, cuide y eduque a sus niños, les ofrezca servicios sanitarios y, llegado el momento pague su funeral.
Según Popenoe, muchos suecos apoyan este estado de bienestar pensando que fortalece a las familias. Pero según este autor, una análisis retrospectivo muestra que esta multitud de programas estatales han venido, en la práctica, reemplazando a la familia. En pocas palabras, Popenoe alega que hoy en Suecia las parejas ponen su propia felicidad por encima de los compromisos familiares. Sin duda, el gobierno proporciona a los padres y a los hijos amplios apoyos, desde permisos paternos con 90% del salario y guarderías diurnas, hasta pagos para cuidado de niños y subsidios para vivienda, servicios médicos y dentales gratui¬tos, y educación gratuita hasta nivel universitario. Sin duda los niños suecos están en condiciones mejores que en el pasado. Pero en opinión de Popenoe, “los costos pesan más que los beneficios”.
Examinemos por ejemplo, el caso del cuidado de los niños. El gobierno sueco gestiona un servicio de centros donde se cuida a los más pequeños, que está abierto a todos los ciudadanos. De acuerdo con sus partidarios este sistema pone al cuidado de lo menores en manos de profesionales, y garantiza el acceso de todos a este servicio, con independencia de los ingresos de los padres. Por contraste, el gobierno no ofrece subvenciones a aquellos padres que desean quedarse en casa cuidando a sus hijos. De este modo el estado está realizando muchas funciones que, respecto a los niños, cumple la familia tradicional.
Si este sistema ha resuelto tantos problemas ¿por qué preocuparse de que erosione la vida familiar tradicional? Por dos razones, sostiene Popenoe de un lado, el gobierno hace ahora a un coste elevadísimo lo que antes hacían las familias por si mismas a un coste mucho más reducido. Recientemente los suecos han votado a favor de que se reduzca el estado de bienestar, en un intento de rebajar los crecientes costes que se supone.
De otro lado ¿Pueden los trabajadores del estado proporcionar a los niños cuidados en grandes guarderías, el cariño y la seguridad emocional que recibirían de sus dos progenitores en el ámbito familiar? Popenoe argumenta que ello resulta muy improbable, ya que los grupos pequeños e íntimos pueden cumplir tareas humanas mucho mejor que las grandes organizaciones formales.
David Popenoe utiliza el caso sueco para construir un argumento a favor de la vuelta a la familia tradicional.
Hoy en Suecia las familias son pequeñas (privando al hijo de la compañía de los hermanos y de modelos de roles); éstas hacen menos cosas reunidas como una familia, tienen menos tiempo para desarrollar rutinas y tradiciones centradas en la familia; y no dan a los niños la seguridad de que sus padres per¬manecerán juntos y que le proveerán del amor, comprensión, guía y protección continuos que necesita todo niño. Las parejas pueden no necesitar a los niños, dice Popenoe, pero los niños si necesitan a sus padres.
¡Debes saber que.....! La tasa de natalidad más baja del mundo se produce en España y los niños que más nacen fuera del matrimonio se da en Dinamarca (tienen los mismos derechos que un hijo dentro del matrimonio) y Suecia tiene la tasa más baja de matrimonios.